martes, marzo 17, 2009

Armando un desorden


La orden para el jueves, soleado en el valle; deslizaba imágenes ya concebidas en mi memoria, si es que así la puedo llamar completamente, mientras mis oídos escuchaban algo de música de radio en la camioneta y la carretera, al intentar juntar las pestañas, pintaba líneas verdosamente grises en velocidades que sobrepasaban normas extablecidas de tránsito para conducción en carretera.

Distraído de conversaciones ajenas, intentaba no caer en lo mismo; quería presentar la orden con algo de desorden, de novedad alrededor de la noticia. Son de esos días que uno cree ser irreverente, pero no lo es, no se trata de eso, sino de ver con el ojo izquierdo (con el otro ojo).

El río se había tomado parte de la urbanización, llegando a un metro y medio de agua y lodo en los interiores de la casa más cercana a la orilla, tenía las fotos, era hora de irse; no quize aún. Cuestión de segundos y ya estaba el desorden; el espacio infantil se había convertido en espacio ajeno, ¡invasión! pensarían los niños, lo mismo pensé yo.

No los veía cerca, no se los escuchaba, pensé por un momento que no estaban en el lugar, hasta que me di cuenta que solamente habían cambiado, comprometidamente por ese jueves; de oficio.



©2009 alejoreinoso

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